¿El fin de las etiquetas y de las bolsas de plástico?
Con el fin de reducir su impacto medioambiental, Compagnie Fruitière adoptará pronto dos nuevas medidas: el «natural branding» y las bolsas biodegradables.
De cara al 2050, los modos de producción y de consumo deberán regirse en la UE por el modelo de la economía llamada circular. Es un modelo virtuoso que limita el derroche de recursos y la generación de residuos por parte de productores, distribuidores y consumidores. Comprometidos con esta transición ecológica, los actores del sector agroalimentario compiten en soluciones.
Sin adhesivos ni plásticos
Tras estudiarlo, Compagnie Fruitière ha comprobado que el marcado natural, o «natural branding», es una innovación que casa particularmente bien con el mundo bio. Concebido por la startup española Laser Food, este procedimiento permite marcar directamente la piel de los plátanos sin tintas ni alterar la fruta. El láser simplemente despigmenta la piel superficialmente para añadir los datos necesarios. Al aplicar esta tecnología a toda la producción de plátanos bio y de comercio justo de Compagnie Fruitière, se pueden eliminar más de 2 millones de bolsas de plástico y de etiquetas al año. Con la vista puesta en las futuras normas medioambientales de la UE, el grupo ya mismo adopta una postura innovadora para la distribución ecoresponsable.
Bolsas biodegradables en todas partes
En paralelo, el departamento de Innovación investiga bolsas de embalaje totalmente biodegradables, bolsas de origen bio elaboradas con materia orgánica (como el maíz o la patata) y capaces de degradarse por completo en los compostadores domésticos. Esta tecnología facilitaría el reciclaje al consumidor final y permitiría avanzarse a la estrategia europea que se propone eliminar de aquí al 2030 cualquier tipo de embalaje no reciclable.
Lejos de los supermercados, en los platanales de África hay que afrontar otros retos. Allí, los plátanos se protegen de los pájaros, de los rayos directos del sol y de los roces, con la ayuda de forros de protección de plástico no reciclable. Sin estas protecciones, la producción global caería del orden del 30 al 50 %, una cifra más que considerable. Tras su uso, se recogen y se reenvían a los proveedores para que puedan ser reutilizados o destruidos en centros autorizados. Una pequeña cantidad de estas fundas puede salir volando y esparcirse por los campos o en los cursos de agua de la zona. Con el fin de reducir este riesgo al mínimo necesario, el departamento de Innovación está probando actualmente forros de protección de plátanos totalmente biodegradables. Parecidos a las bolsas biodegradables que encontramos en las secciones de fruta y verdura de los supermercados, deben de ser mucho más resistentes.
Algunos clientes ya han expresado su interés por soluciones alternativas que resuenan entre los consumidores. Compagnie Fruitière, en su estrategia de ecoconcepción, está estudiando otros procedimientos y acciones con el fin de desarrollar una agricultura todavía más sostenible y ecoresponsable.
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